por Luis Roca Jusmet
El encuentro entre David
Cronenberg y el psicoanálisis es potente, aunque de entrada puede
resultar extraño.
Aunque Cronenberg es un director reconocido, su cine es un cine de acción, Se le encuadra entre los directores de la serie B, como mínimo en un principio. No es un cine con pretensiones ni mucho menos un cine intelectual. Pero siempre ha tenido una gran capacidad de perturbar al espectador : Cromosoma 3, La zona muerta, Videodrome...Su enlace con el psicoanálisis pasa, pues de entrada, por lo inquietante de las pulsiones humanas. Quizás también por lo siniestro de lo que hablaba Freud. La violencia en estado puro es una de las obsesiones de Cronenberg y sus últimas películas, centradas en ella, son geniales: Una historia de violencia y Promesas del Este. Totalmente expresada de la manera más cruda, la presencia de la violencia nos arrebata. Puntualmente Cronenberg también ha tratado la sexualidad en sus aspectos más oscuros, como en la película Crash. En su cine hay también una cierta obsesión por el tema de la identidad : la transformación radical (La mosca) o la duplicación ( Inseparables). En realidad son todos temas psicoanalíticos. Por esta razón no debe extrañarnos que se sintiera fascinado por la obra teatral de Christopher Hampton en que basa el film. Cronenberg pensó que había de dirigir una película a partir de la pieza teatral. Nadie mejor que Cronenberg para hacerlo. Porque aunque trate de los inicios del movimiento psicoanalítico y de sus discusiones teóricas. Cronenberg es capaz de captar toda la fuerza emocional que hay detrás de ellos. Y ha sabido expresarla de una manera muy precisa y muy visceral, cualidades necesarias para la historia que no son fáciles de combinar. La tensión interna que hay detrás de los protagonistas se manifiesta de una manera muy intensa pero también muy contenida. Envuelve al espectador.
Aunque Cronenberg es un director reconocido, su cine es un cine de acción, Se le encuadra entre los directores de la serie B, como mínimo en un principio. No es un cine con pretensiones ni mucho menos un cine intelectual. Pero siempre ha tenido una gran capacidad de perturbar al espectador : Cromosoma 3, La zona muerta, Videodrome...Su enlace con el psicoanálisis pasa, pues de entrada, por lo inquietante de las pulsiones humanas. Quizás también por lo siniestro de lo que hablaba Freud. La violencia en estado puro es una de las obsesiones de Cronenberg y sus últimas películas, centradas en ella, son geniales: Una historia de violencia y Promesas del Este. Totalmente expresada de la manera más cruda, la presencia de la violencia nos arrebata. Puntualmente Cronenberg también ha tratado la sexualidad en sus aspectos más oscuros, como en la película Crash. En su cine hay también una cierta obsesión por el tema de la identidad : la transformación radical (La mosca) o la duplicación ( Inseparables). En realidad son todos temas psicoanalíticos. Por esta razón no debe extrañarnos que se sintiera fascinado por la obra teatral de Christopher Hampton en que basa el film. Cronenberg pensó que había de dirigir una película a partir de la pieza teatral. Nadie mejor que Cronenberg para hacerlo. Porque aunque trate de los inicios del movimiento psicoanalítico y de sus discusiones teóricas. Cronenberg es capaz de captar toda la fuerza emocional que hay detrás de ellos. Y ha sabido expresarla de una manera muy precisa y muy visceral, cualidades necesarias para la historia que no son fáciles de combinar. La tensión interna que hay detrás de los protagonistas se manifiesta de una manera muy intensa pero también muy contenida. Envuelve al espectador.
Pero más allá de sus
valores cinematográficos ( la dirección y la extraordinaria
interpretación de los protagonistas) la película tiene un gran
interés cultural. El psicoanálisis forma parte de nuestro
imaginario social, de nuestra cultura de masas. Inconscientes,
complejo de Edipo, superyo, libido, sexualidad infantil, sueños ...
todos estos términos están omnipresentes en nuestro discurso. Otra
cosa es si se entienden bien o mal. Otra cosa es la aceptación
institucional de la teoría y la práctica psicoanalítica. Pero no
entraré en este debate. Sólo constatar que, en contra de algunas
afirmaciones, el psicoanálisis no está superado. No lo está porque
continua como hace un siglo : como un movimiento vivo lleno de
enemigos. Y la batalla se queda en tablas : ni consigue ser
reconocido por las instituciones ni tampoco es eliminado por ellas.
En todo caso la historia
que presenta la película es muy atractiva para cualquiera que esté
interesado en el movimiento psicoanalítico. La intensa relación
entre Freud y Jung y su triste final sí es conocido, pero es de
agradecer el rigor con que aparece en la película. Freud buscaba en
él a su sucesor, su hijo favorito : brillante y carismático podía
ser un perfecto líder del movimiento en un futuro. También había
una razón política : Freud no quería identificar el psicoanálisis
con un movimiento judío. Y la mayoría de sus discípulos lo eran.
Jung era suizo, de una cultura protestante: resultaba muy adecuado
también en este sentido. Aunque estas diferencias culturales Freud
las considerará finalmente un problema : nosotros somos judíos, él
es ario, le dice a Sabina Sppeilrein. Habían ciertas diferencias :
personales, sociales e ideológicas. Personales : Freud tenía una
ética estricta de la verdad que le provoca un rechazo visceral de la
hipocresía de un Jung que busca mantener las apariencias a través
de la mentira. Sociales : Freud envidia y reprueba desde una
situación económica de pequeño burgés que mantiene con
dificultades a un Jung que por el matrimonio entra a formar parte de
una alta burguesía que vive en la comodidad y en el lujo.
Ideológicas : Freud es un ilustrado liberal y positivista que no
soporta las veleidades pseudoespiritualistas de Jung. Finalmente el
rechazo de Jung al autoritarismo de Freud provoca la inevitable
ruptura. Podemos defender a Jung en la defensa de la autonomía de
pensar por sí mismo frente a la imposición autoritaria de Freud
pero finalmente éste tenía razón. Freud mantendrá unos axiomas
que le permitirán elaborar un movimiento consistente mientras que
Jung será una personalidad reconocida pero que no será capaz de
crear ninguna teoría ni escuela psicológica coherente. Su prestigio
se mantendrá a través de la Escuela de Eranos, centro de debate de
la hermenéutica simbólica de las religiones. Freud tenía razón en
su previsión de la deriva mística de Jung.
Pero la protagonista de
la película es, sobre todo, Sabina Speilrein, psicoanalista rusa
totalmente desconocida hasta 1980, año en se publica su
correspondencia con Freud y Jung, sus diarios y sus escritos.
Originaria de una familia rusa judía muy acomodada. Víctima de una
histeria grave con rasgos perversos masoquistas fue paciente y luego
amante de Jung, con el que mantuvo una relación muy tormentosa hasta
la ruptura. Jung estaba casado y no pudo soportar el conflicto de
esta relación sin romper con su familia. Optó por la familia.
Speilrein fue uno de los grandes personajes femeninos del movimiento
psicoanalítico ( como Melaine Klein), con personalidad compleja e
inteligencia brillante y creativa.
Otro personaje, también
desconocido, que parece en la película es Otto Gros. Gros forma
parte de algunos extraños compañeros de viaje que tuvo Freud, al
lado de sus discípulos ( fueran o no disidentes posteriormente).
Junto a él citaría a George Groddeck y Victor Tausk ( que no
aprecen en la película). Psiquiatra desequilibrado, vital, rebelde,
tuvo un final trágico ( murió de inanición y pulmonía convertido
en un indigente). En la película aparece también un psiquiatra
clave, que es Bleuer ( director de la Clínica Burgoltzi, escenario
de la primera parte de la película) pero de una manera muy puntual.
Contamos así con una
gran película para entender el psicoanálisis. Tenemos otro
referente muy anterior, la extraordinaria biografía de Freud de John
Huston : Freud, una pasión secreta. Entonces
fue el excepcional actor Montgomey Cliff el encargado de
representarlo. Aquí es Viggo Monrtensen, protagonista de las últimas
películas de Cronenberg en papeles totalmente diferentes al que nos
ocupa, quien se encarga de hacerlo. Y lo hace muy bien, por cierto.
Como Keira Knightley en el papel de Sabina, Michel Fassbender en el
papel de Jung y Vicent Cassell en el de Otto Gross.
Buen cine, interesante y apasionante. ¿ Que más se puede pedir ?
Buen cine, interesante y apasionante. ¿ Que más se puede pedir ?
Me gustó mucho pero el personaje de ella me pareció central y desaprovechado.
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