Escrito por Luis Roca
Jusmet
El arrepentimiento no
es una virtud, o sea, no nace de la razón ; el que se arrepiente de
lo que ha hecho es dos veces miserable e impotente.
Spinoza
Ayer vi la película
"Shame" (2011) dirigida por Steve McQueen y protagonizada
por Michel Fassbender y Caren Mulligan. La película está muy bien
realizada y la interpretación de los dos dos protagonistas es
magnífica. Los planos son largos y la película presenta, a pesar de
lo fuerte de algunas escenas, una gran sobriedad. Poco efectismo y
mucha emoción contenida en un ambiente metálico.
Pero no soy crítico de
cine. Lo que me interesa de las películas, más allá del placer
estético, es lo que plantLa Generalitat gobernada durante
años por CiU intentó marginar al máximo el castellano y conseguir
que la educación y la lengua de las instituciones fuera únicamente
el catalán. Se potenció un desprecio hacia el castellano y los que
hablaban castellano. Paradójicamente la lengua dominante a nivel
de empresas fue el castellano.ean. El tema aparente de la película es el
de la adicción sexo. Pero no nos engañemos, la adicción es un
síntoma. El título de la película es vergüenza, no adicción.
¿ Qué es la vergüenza
? En castellano la palabra tiene dos significados relacionados pero
diferentes. .Por un lado la vergüenza es una emoción que te inhibe
porque la mirada del otro te bloquea. Siento vergüenza de decir algo
porque no me atrevo a decirlo o ha hacerlo. Por otro lado la
vergüenza de sí es la el poco respeto hacia uno mismo, el desprecio
de sí, incluso el odio de sí. No utilizo la palabra autoestima
porque me parece confusa. ¿ Que quiere decir quererse a uno mismo
?.Los llamados bordelines son muy narcisistas y se desprecian a sí
mismos. Los vanidosos tienen la autoestima demasiada alta por lo que
su autoestima es excesiva: ¿ deben quererse menos ?. Prefiero la
palabra respeto hacia uno mismo. La vergüenza, en el sentido de la
película y de su título inglés (Shame) es la falta de respeto por
uno mismo.
El
protagonista es un hombre autosuficiente, atractivo, con un buen
trabajo y una vida privada sin compromisos. Pero es un adicto al
sexo. Adicto a la pornografía, a la prostitución y al sexo rápido.
Podríamos decir que consume sexo de manera compulsiva. ¿ Es un
problema para él ? En el fondo hay una vergüenza, como más tarde
se pondrá de manifiesto en los sucesos que provoca la llegada de su
hermana. Pero es una vergüenza latente, con la que convive. Su mundo
de rutinas, incluida esta adicción al sexo, parece soportable. Su
hermana le llama por teléfono y él no contesta. Cuando se presenta
en casa es seco con ella pero finalmente la acepta. Pero hay un odio
más o menos consciente hacia su hermana. No soporta su manera de ser
pero sobre todo el que sea un ser sexual. No la soporta porque es
inestable y es inestable porque es emocional. Él está totalmente
aislado de sus emociones. Tan aislado que cuando siente alguna
emoción hacia una mujer, como se ve en el encuentro con su compañera
de trabajo, no puede tener relaciones sexuales. El contacto físico
con su hermana le repugna. Como le ocurre también con cualquier
manifestación de la sexualidad de esta. No sabemos que relación
tuvo con su hermana. Quizás haya algún secreto oculto de la
infancia reprimido o no, consciente o no. Algo terrible que no ha
superado y que pesa sobre su vida emocional y su sexualidad. ¿ De
que tiene vergüenza ? Tiene vergüenza de su adicción. Las
adicciones son compulsivas, provocan un goce que es a la vez placer y
dolor. Lacan hizo una diferencia útil entre placer ( que es claro,
relaja, produce bienestar) y goce ( que es oscuro, tenso, produce
malestar y satisfacción intensa simultáneamente). El goce liga la
sexualidad con la pulsión de muerte, con nuestras tendencias
destructivas o autodestructivas, con la violencia. Las escenas en las
que el protagonista practica el sexo con dos prostitutas refleja en
su rostro esta mezcla de placer, horror y dolor. En las escenas
anteriores vemos como busca sexo sucio, cutre, asqueroso. Lo hace en
un momento en que está dominado por la angustia. Quizás las
adicciones sean una manera tapar la angustia más que una forma
obsesiva de buscar placer. Me parece que lo fundamental de la
adicción no es lo que ofrece sino lo que evita, que es una angustia
insoportable. No me refiero aquí a las dependencias físicas, como
la que provocan las drogas duras, que evidentemente también siguen
la lógica cada vez más evidente de evitar un malestar físico cada
vez más más insoportable.
Me
viene aquí una lectura de hace un tiempo en la que diferenciaba la
clínica de la falta de la clínica del vacío. Su autor es un
psicoanalista lacaniano, Massimo Recalcati. El libro se titula
Clínica del vacío. Anorexias, dependencias, psicosis
( Síntesis, 2003). Recalcati señala que estamos pasando de una
clínica de la falta ( la señalada por Freud) a una clínica del
vacío. La clínica de la falta es la típica de la neurosis : hay un
deseo inconsciente reprimido, que retorna a través del síntoma. Hay
una falta estructural en el sujeto por la represión del deseo. El
neurótico está pendiente del Otro, sea como demanda ( le pide lo
que no puede darle, como hace el histérico) y sea para protegerse
del Otro a través de las obligaciones y prohibiciones ( como hace el
obsesivo). Pero la referencia es el Otro. En el caso de la clínica
del vacío lo que hay es una constitución narcisista. Lo que se
experimenta no es una falta sino un vacío y en éste no hay nunca
una referencia al Otro. La adicción intenta llenar este vacío y lo
hace con el mercado, el consumo, la técnica. No es el goce a través
del Otro sino el goce Uno. No hay un Otro sexuado sino un cuerpo Uno
que se excita y se estimula con objeto de consumo. En cuanto el Otro
sexuado tiene un rostro ya produce rechazo. En la clínica del vacío
hay una desconexión total entre el sujeto y el Otro, es el antiamor,
por decirlo así. La hermana del protagonista es el Otro sexuado (
hay aquí alguna experiencia sexual infantil fijada, por supuesto) y
esto es lo que no soporta. La quiere y esto es lo que no soporta.
Solo quiere su cuerpo excitado por un placer que le tapa el vacío.
Las imágenes del ordenador, las prostitutas o los encuentros
sexuales son los instrumentos, nada más : toda la sexualidad es
masturbatoria.
La
película es dura, muy dura. Es psicológica pero también
sociológica. Porque lo que hay de fondo es una sociedad capitalista
que transforma a los ciudadanos en clientes, que lo privatiza todo,
que identifica el valor con el dinero, que entiende la libertad como
simple capacidad de consumo.
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