domingo, 9 de octubre de 2016

ELLE





Escrita por Luis Roca Jusmet

 La película se basa en una novela de Philippe Djian que podríamos calificar como de thriller psicológico.
 Una historia fuerte sobre una mujer que ha vivido un trauma infantil límite y que, una vez convertida en una adulta capaz de responsabilizarse de su vida, se enfrenta nuevamente a una agresión que rompe su rutina para enfrentarla a lo más oscuro de sí misma. 
 La película no sería lo que es, un filme sobresaliente, sin la extraordinaria interpretación de Isabelle Huppert, que transforma un personaje difícil en una mujer compleja e imprevisible, pero absolutamente creíble. Borda totalmente el personaje con todos sus matices y enigmas, Digo enigmas porque Michèle Leblanc aparece a nuestros ojos de una manera muy conductista. Vemos lo que hace pero no sabemos lo que siente ni lo que piensa. Tampoco sabemos como vivió esta experiencia traumática que rompió su vida cuando tenía diez años. ¿ es Michèle Huppert una perversa o una víctima de sujetos perversos, su padre primero y Patrick después. la respuesta es ambigua. Pero Michèle es una mujer fuerte, como las otras mujeres que aparecen en la historia. Son todas supervivientes. Los hombres, en cambio, son víctimas de sus pulsiones perversas o, simplemente, de su propio patetismo.
 La película gira igualmente en torno a la responsabilidad. Debemos responsabilizarnos de nuestra vida y hacernos carga de ella, a pesar de los pesares. Nosotros somos, al final, los que nos responsabilizamos de lo que hacemos con ella, por muy marcados que estemos por lo que no hemos elegido. Y también lo somos de cada uno de nuestros actos y de sus consecuencias. 
 Paul Verhoeven, viejo artesano del cine de lo que podríamos llamar serie B, consigue a los 77 años lo que yo creo que es su obra maestra. La música, excelente, y un elenco interpretativo de alto nivel, al lado de la genialidad de Isabelle Huppert, recrean esta excelente película.



domingo, 2 de octubre de 2016

CAFÉ SOCIETY



Escrito por Luis Roca Jusmet


Como todos sabemos, Woody Allen, a pesar de ser uno de los grandes directores cinematográficos contemporáneos, tiene una producción tan amplia como desigual. Lo que yo rescataría de la obra de Woody Allen para la historia del cine son sus mejores comedias y sus mejores dramas. Las mejores comedias las elaboró a finales de los 70 : Annie Hall, Manhattan... Los mejores dramas han ido apareciendo de manera intermitente y los que más me gustan son los que tienen algo de suspense, como Delitos y faltas y Match point.
Woody Allen ha seguido dirigiendo con su buen oficio, lo cual a veces no ha sido suficiente como para producir algunos bodrios ( como Vicky Cristine Barcelone). Algunas de estas últimas películas, como Blue Jazzmine, me parecen de todas maneras que hay que contarlas entre los mejor de su filmografía.
 Café Society es una de las grandes comedias de Woody Allen, al nivel de las que citaba de los años 70. Es una película redonda, sin más pretensiones que las que tiene, que es la de una comedia entretenida e inteligente, pero que pone de manifiesto todo el talento narrativo de Woody Allen como director y como guionista. Una trama familiar y social muy bien enlazada, con un ritmo fluido que mantiene en todo momento el placer y el interés del espectador. Lo pasé realmente bien porque la dirección, la interpretación y la música se conjugan en un filme que hace del cine un auténtico goce. Aunque hay un cierto tono agridulce la película respira vitalidad. Los sueños sueños son, pero hay que vivir y hay que hacerlo con la máxima alegría aunque el mundo real no se adecue a ellos. Aparecen, por supuesto, los grandes temas de Woody Allen : el azar, la felicidad, la insatisfacción, el amor... Como, en definitiva, vamos tejiendo nuestra vida a partir de nuestras decisiones y las de los otros. Tenemos también otras cuestiones sociales de fondo, recurrentes en algunos casos en el mundo de Woody Allen. la comunidad judía de New York. Pero también el ambiente de Nueva York y Hollywood de los años 30, con todo lo que tiene de fascinante y de falso al mismo tiempo. 
 La interpretación me ha parecido genial en todos los casos, desde los protagonistas hasta los secundarios. Jesse Eisenberg viene a ser el nuevo rostro de un Woody Allen ya demasiado viejo para interpetrar al personaje principal, pero con los tintes caracterísiticos. Kristen Stewart una nueva actriz de pura cepa, tan atractiva como convincente. Steve Carell y Jeanne Berlín, estupendos.