domingo, 25 de septiembre de 2016

EL PORVENIR




Escrita por Luis Roca Jusmet

 El filme de la directora, francesa de padres daneses, Mia Hansen-Love puede recordar, como he leído en algún lugar, al del maestro Erich Romer. Su minimalismo, su observación de lo cotidiano, su reflexión sobre las transformaciones silenciosas que se dan en la vida de cada cual. Esto último se manifiesta en una discontinuidad en la continuidad : se corta una situación y se enlaza con otra. Para los chinos el tiempo presente no existe, solo hay pasado y futuro. El porvenir, título de la película, es este paso que vamos viendo, esta continuidad entre lo que pasaba y lo que pasa. El filósofo italiano Giorgio Colli dijo que la percepción es un recuerdo. Pero Rohmer es, por decirlo así, un estoico más alegre que la directora de esta película, es más spinoziano. En el filme que nos ocupa hay un estoicismo algo triste, algo depresivo. Nathalie es kantiana. Quizás le falte el deseo, oculto tras el deber. parece como algo desconectada de sus emociones. Hay una contención permanente en Nathalie.
 La película es interesante pero no hace vibrar. Ignoro si la directora busca intencionadamente este sentimiento del espectador, que se identifica así con el mundo de la protagonista, Nathalie, interpretado por una extraordinaria isabelle Huppert, que hace suyo el personaje.
 Me llama la atención la insistencia en una frase de la protagonista en el folleto de propaganda de la película : "He reencontrado mio libertad, una libertad total, es extraordinario." Justamente mi manera de entender la película es al revés de lo que da ha entender el sentido que quieren dar a esta frase. Porque esta frase refleja una ilusión de la protagonista, que finalmente abandonará. Si vamos a la teoría de Kierkegaard de los tres estadios encontramos que ella ha vivido siempre en el estadio ético : la repetición, el compromiso. El estadio estético es el de la aventura, la disponibilidad, el cambio, es al que se refiere cuando se encuentra frente a esta libertad. Se ha roto el compromiso con su marido, con sus madre, con sus hijos. Quiere experimentar pero este camino no le conduce a ningún sitio y al final vuelve al compromiso, simbolizada por la cena dada a sus hijos y el cuidado del nieto. Ella no reiventa su vida, sigue su proyecto. En un momento parece querer experimentar cosas nuevas cuando visita a su ex-alumno. Pero rápidamente se da cuenta de que ella está de vuelta de lo que están viviendo. No le interesa.
 Un problema interesante que me plantea esta película, como profesor de instituto que vive la pasión de la filosofía es hasta que punto la suya es una vida filosófica. Ella vive inmersa en la problemática filosófica, que transmite a los estudiantes para enseñarles a pensar. Pero este enseñar a pensar debería serlo sobre sus problemas cotidianos, personales y sociales. Ella misma no se define cuando es interpelada : la huelga, la autoría... ¿ Ha de servir la filosofía para aprender vivir lo cotidiano mejor ? Yo creo que no, al igual que ella. La filosofía problematiza, abre horizontes y nos da instrumentos para pensar nuestro mundo, pero no da soluciones.
 Hay, por supuesto, toda una reflexión sobre una etapa de la vida de la mujer, el otoño vital, entre una juventud perdida y una vejez futura. 
 La película tampoco se inhibe de las problemáticas concretas del momento, en relación a la actividad de Nathalie. Las huelgas de estudiantes de secundaria, la trasnformación de las editoriales por la política de marketing a corto plazo... 
 Una buena película, no de las que te conmueven pero sí de las que te hacen pensar.

viernes, 9 de septiembre de 2016

ANIMAL FACTORY




Escrito por Luis Roca Jusmet

Steve Buscemi es un actor secundario, pero muy singular y expresivo actor norteamericano, conocido sobre todo por películas de los hermanos Cohen o de Quentin Taradino. El típico actor de reparto que deja huella de su presencia en cualquier película. El año 2000 rodó esta película, Animal factory.
 El microcosmos carcelario ha sido reproducido muchas veces, con mayor o menor fortuna. Sin tener un argumento demasiado original, Steve Buscemi considgue una película del género más que aceptable. Colabora, al margen de su firme y persona dirección, la excelente música y la buena interpretación de William Dafoe, un buen actor, generalmente de reparto como el propio director de la película, pero que en films como el que nos ocupa es capaz de asumir con maestría el papel protagonista. Le acompaña Eduard Furlon, en una excelente interpretación juvenil, al igual que en American X. Destaca en el resto del reparto la inmsólita presencia de un Mickey Rourke en el papel de travestí.
 Es una de las películas que para mí ha mostrado de manera más gráfica lo que es la esencia del universo carcelario. El filósofo Michel Foucault analizó de manera lúcido el fenómeno de la prisión. Una cosa que nos resulta tan familiar es simplemente una forma de castigo que hasta el siglo XVIII no tuvo ninguna relevancia en Europa ( y menos aún en las otras sociedades). Se prefería el exilio, la tortura, la muerte, la amputación, la desposesión de propiedades o derechos, etc. La prisión adquiere relevancia en el seno de los movimientos ilustrados y filantrópicos que lo veían como una manera de reinserción social. Eran concepciones optimistas e ingenuas del ser humano que en poco tiempo mostraron su fracaso. Más que en otra cosa las prisiones se convierten¡ en fábricas de delincuentes. ¿ Porqué siguen existiendo si no cumplen la función por la que fueron establecidas ? Para Foucault hay una parte que es la pura inercia pero también pueden tener la función secreta de justificar la policía, de crear redes de colaboradores... En todo caso es, como casi todo lo que ocurre en las sociedad, más productos de las contingencias que de la necesidad. 
 Lo cierto es que la prisión se convierte en una sociedad paralela en la que una vez se entra se genera una dinámica repetitiva en la que los encarcelados van haciendo su propio mundo y cada vez les resulta más difícil volver a la sociedad externa. Es un mundo de una tensión extrema, de una violencia omnipresente, en la que se van estableciendo jerarquías y valores propio. William Dafoe lo pone de manifiesto de manera muy clara en dos ocasiones. En una dice que es el prestigio el que te mantiene frente a los otros. Es la lucha a muerte por el prestigio que tan bien nos explicaba Hegel en su "Fenomenología del espíritu". Y, por supuesto, en la frase final : "Más vale reinar en el infierno que servir en el cielo".
 También vale la pena identificar en la película los temas de la amistad viril, la paternidad simbólica y la redención. Se trata, en definitiva, de una película que merece verse.

lunes, 5 de septiembre de 2016

EL FECUNDO ENCUENTRO ENTRE ALFRED HITCHCOCK Y FRANÇOIS TRUFFAUT



Escrito por Luis Roca Jusmet

 Cuando tenía unos doce años veraneaba en Valldoreix, que formaba parte del municipio de San Cugat y que básicamente estaba compuesto por torres de veraneo de gente de Barcelona, como mi familia. Un día, por la noche, mi hermano, algo más pequeño que yo, fuimos al cine que había montado artesanalmente en un local-bar de Mirasol, al lado de Valldoteix, y que estaba a una distancia de nuestra casa de Valldoreix. En el cine hacían "Psicosis". Fuimos con mi tío, hermano menor de mi madre, que tenía poco más de veinte años. Mi tío disfrutaba haciéndonos pasar miedo. Ya desde muy pequeños, cuando él era adolescente y pasaba parte del verano con nosotros.  "Psicosis" tuvo en mí un efecto siniestro, lo que asusta y atrae al mismo tiempo, de una forma particularmente intensa. Me impresionó mucho, muchísimo. Pero por la noche volvimos a oscuras por aquellos senderos silenciosos bajo la risa perversa de mi tío.
"Psicosis" fue entonces un elemento clave en mi imaginario infantil. Este recuerdo me viene después de visionar una extraordinaria película-documento sobre el encuentro Hitchcock-Truffaut. Hitchcock dice que lo que que lo que quería era emocionar al público. Lo consiguió plenamente. Pero todo Hitchcock, todo su cine fue conformando mi imaginario. La película, por cierto, es altamente recomendable, es un magnífico puzzle en el que el centro es esta entrevista de dos personas que hicieron del cine el sentido de su vida. Dos personas libres porque ser libre, es, en definitiva, expresar la propia singularidad. Solo hablaron de cine, a todas horas, porque era lo que les interesaba, era lo que les unía, eran sus mundos diferentes y. al mismo tiempo, compartidos. Al mismo tiempo podemos gozar de comentarios de diversos directores, todos admiradores de Hitchcock. 
 No podría entender mi vida sin Hitchcock, forma parte de lo que soy. Verlo en este documental, oírlo, saborear sus escenas, ha sido para mí un enorme placer. Y estas son las identidades singulares en este mundo moderno que, para bien o para mal, ha diluido las identidades colectivas. Pero identidades singulares que no deben aislarnos sino unirnos. Y aquí me uno yo con todos los espectadores de esta extraordinaria película, con todos los directores que hablan de Hitchcock, con el mismo Hitchcock y con Truffaut. Pero también con Slavoj Zizek cuando leo su libro "Todo lo que usted quiere saber sobre Lacan y no se atrevió a preguntarle a Hitchcock." Y con el mismo Lacan, y con todos los lectores de uno y de otro. Y así vamos conformando una comunidad heterogénea de múltiples afinidades. Esta debería ser nuestra patria, la de lo común y de lo diferente, la de lo universal y lo singular. Y aquí está Hirchcock cuando dice que un europeo, un japonés y un  indio se estremecerán igual al ver "Psicosisi". Un lenguaje de las imágenes que se hace así universal.