viernes, 26 de mayo de 2017

CALL ME BY YOURN NAME

Escrito por Luis Roca Jusmet

 "Call me bye yourn name" ( LLámame por tu nombre" es una película realmente espléndida. A partir de un relato de James Ivory, con una extraordinaria interpretación de Thymotee Chalamet y Armie Hammer, el realizador Luca Guadagnino, nos ofrece una película de una gran intensidad. Se trata de una intensidad que huye del efectismo y la desmesura, de una afirmación vital del deseo, del cuerpo y de las emociones. La reflexión final que el padre comparte con el adolescente protagonista de la película, es toda una invitación a ceder al deseo.
El deseo que, como decía Spinoza, es la expresión de los cuerpos singulares. 
 Los cuerpos van caducando, pero no dejemos que el deseo se entierre para protegernos del dolor. Como decía Nietzsche, afirmación trágica de la vida, aceptación de la finitud y el dolor que comporta. Pero sabiendo que es el placer es el que conservamos en el recuerdo, porque es más profundo que el dolor : quiere permanecer. 
 Me parecería muy limitado entender este filme como una reivindicación de la homosexualidad. Es del deseo sexual, en el sentido más amplio, de lo que habla. De cómo florece, de lo que tiene de enigmático y de imposible, muy en la línea de lo que escribió Georges Bataille en "El erotismo".
  La magnifica recreación del verano en el campo brinda además un perfecto escenario de la historia. La fotografía, la música... Perfecto.

domingo, 14 de mayo de 2017

LOS EXÁMENES



Escrito por Luis Roca Jusmet

 El cine rumano existe. Aunque algunos, entre los cuales me contaba, no lo sabíamos. Entrar por la mano del director Cristian Mungiu y del actor Adrián Titieni es hacerlo por la puerta grande.
 Una película aparentemente gris pero llena de matices. Es una película dura, pero no tanto por los hechos como por la manera que estos son significados por el protagonista, un médico de unos cincuenta años. Es una película sobre las pasiones tristes, que diría Spinoza. O directamente sobre la tristeza. La mirada del protagonista es una mirada triste y parece que todo los que le rodean participan de esta tristeza. La película tiene algo de generacional, la de aquellos jóvenes que quisieron ( o quisimos ) cambiar la sociedad y fracasaron ( fracasamos) con respecto al ideal. El protagonista, Romeo, sigue siendo, paradójicamente, un idealista, por mucho que se presente como realista. Es un idealista porque no es capaz de asumir que la realidad no se ajustó a su ideal y porque para compensar su fracaso proyecta el Ideal en su hija. Porque el destino que le tiene asignado está completamente idealizado. Romeo es incapaz de captar el aspecto agridulce de la vida porque para él todo es blanco o negro. Y esta luz que no encontró en su vida la sostiene en su hija. Romeo es incapaz de valorar lo que hace y lo que tiene : su trabajo, su familia. Ni siquiera a la amante que encontró para salir de su triste vida. Romeo no acepta la realidad y es incapaz de aceptar que su hija pueda fracasar como él. No le permite decidir su vida, ni siquiera aprender que lo que para él fue un fracaso quizás para ella no lo sea. 
 La película nos muestra también el retrato de una sociedad que parece sumida en una red clientelar que le impide avanzar. Siempre es interesante alguna mirada sobre esta Europa desconocida que es la de los antiguos países del llamado socialismo real, los países del Este. 
 Pero más allá de la historia y del contexto histórico concreto hay toda una reflexión sobre la familia nuclear y sus tensiones y conflictos. Y sobre los dilemas morales con los que nos enfrontamos en el camino de nuestra vida cotidiana.
 Una muy buena película que no hay que perderse.

sábado, 6 de mayo de 2017

LUCKY






Escrito por Luis Roca Jusmet

 Cuando Montaigne recibe la carta de un amigo que le dice que no le cuenta nada porque no le ha pasado nada, Montaigne le contesta : " ¿ Es que no has vivido ? Esto es lo más importante que te puede pasar. De esto trata la película. De que aunque parece no pasar nada, la película trata de lo más importante : la vida cotidiana, lo que nos jugamos cada día de nuestra de nuestra existencia en el que parece no pasar nada. La "nada" es además el significante dominante en este película, tan profundamente filosófica que ni se nota que lo es. 
 La película trata de una conversión, del ejercicio espiritual que transforma a un hombre en el ocaso de su vida. Es una transformación silenciosa que se da en el marco de lo cotidiano, sin que ocurra nada extraordinario. O mejor, cuando todo lo ordinario se transforma en extraordinario. Este hombre solitario, orgulloso y autosuficiente, se enfrenta al hecho de que está en el final de su vida. Un desmayo inesperado, inexplicable, le da el aviso. Y empieza a sentirse vulnerable, empieza a sentir miedo: miedo a la muerte. La visión de la hora 12:00 es como un símbolo de este cierre. Lucky sigue su vida cotidiana, con unas rutinas establecidas en las que convive con los peculiares personajes de este pequeño pueblo en medio de un desierto que nos da un entorno devastado. La visita inesperada a una fiesta y el encuentro azaroso con un antiguo marine harán que Lucky transforme su miedo en aceptación. 
 La película tiene algo de la magia del cine de David Lynch ( que parece en un pequeño papel). Sobre todo la escena onírica en la que se aproxima a un fondo rojo donde pone salida con la música aumentando el volumen de manera inquietante. El ritmo es lento, como el de la tortuga que aparece al principio y al final de la película ( que tiene, además, otros simbolismo). Pero atrapa desde al principio hasta el final. La banda musical de Elvis Kuehn, impresionante. Un guión impecable que ha sabido dirigir a la perfección un excelente actor secundario que se ha atrevido a pasar a la dirección : John Carroll Lynch. 
 La interpretación de Harry Dean Stanton no es una anécdota. Sin él la película sería otra, porque hay una simbiosis entre el actor y el protagonista, que, en cierta forma, se interpreta a sí mismo. Lo paradójico es que, justo a los pocos días de acabar el rodaje, falleciera el actor. Es como si la vida real concluyera la propia historia. Lucky ( Harry Dean Staton) está preparado para morir y al poco tiempo lo hace. Este es el final abierto de la película : ha aprendido a morir, que quiere decir que ha aprendido a aceptar la caducidad de su vida. Todo se desvanece, todo es efímero. Desde las alusiones explícitas al budismo ( eso sí, en una lectura atea), hasta otras más implícitas como el epicureismo, esta película nos conduce a las preguntas radicales desde la simplicidad de las rutinas existenciales de un viejo de noventa años que toma conciencia de que el final es inminente. Si Séneca dividía la vida en cuatro estaciones ( con veinte años de diferencia) y decía que a los sesenta se inicia la vez ( para él la mejor época) a partir de los ochenta hay un  resto. De este resto nos habla de la película y como puede ser un regalo y no una pesadilla.