sábado, 20 de febrero de 2016

QUE DIOS NOS PERDONE




Escrito por Luis Roca Jusmet

 Nos encontramos frente a una buena película española, que podemos situar en este buen cine policíaco, consistente y rudo del que ya hemos conocido buenos ejemplos últimamante, como "La isla mínima".
 Rodrigo Sorogoyen, un director que hasta ahora no se había lucido especialmente, consigue aquí un producto brillante.  Nos sumerge en una tensión de la  que no salimos en ningún momento. Lo hace a través de una violencia permanente, contenida o explícita, que arrastra a los protagonistas y a las situaciones. Antonio de la Torre borda un policía que recorre una especie de camino de redención. Es interesante su paralelismo con el asesino, excelentemente interpretado por Javier Pereiro. Es como si la relación traumática con la madre los convirtieran en unos perturbados incapaces de amar y abocados a una violencia que Valverde sabe sublimar y el psicópata no. Como si la justicia que Valverde ejecuta de manera ritual le liberara de su propia carga. Nuevamente el problema del mal, del goce desde la crueldad. Buena dirección, buen guión y una música que acompaña muy bien el suspense que nos envuelve en todo momento.
 Buen retrato costumbrista, también, del verano del 2011 en Madrid, con la visita del Papa, el movimiento de los indignados y los efectos devastadores de la crisis. 

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