viernes, 9 de septiembre de 2016

ANIMAL FACTORY




Escrito por Luis Roca Jusmet

Steve Buscemi es un actor secundario, pero muy singular y expresivo actor norteamericano, conocido sobre todo por películas de los hermanos Cohen o de Quentin Taradino. El típico actor de reparto que deja huella de su presencia en cualquier película. El año 2000 rodó esta película, Animal factory.
 El microcosmos carcelario ha sido reproducido muchas veces, con mayor o menor fortuna. Sin tener un argumento demasiado original, Steve Buscemi considgue una película del género más que aceptable. Colabora, al margen de su firme y persona dirección, la excelente música y la buena interpretación de William Dafoe, un buen actor, generalmente de reparto como el propio director de la película, pero que en films como el que nos ocupa es capaz de asumir con maestría el papel protagonista. Le acompaña Eduard Furlon, en una excelente interpretación juvenil, al igual que en American X. Destaca en el resto del reparto la inmsólita presencia de un Mickey Rourke en el papel de travestí.
 Es una de las películas que para mí ha mostrado de manera más gráfica lo que es la esencia del universo carcelario. El filósofo Michel Foucault analizó de manera lúcido el fenómeno de la prisión. Una cosa que nos resulta tan familiar es simplemente una forma de castigo que hasta el siglo XVIII no tuvo ninguna relevancia en Europa ( y menos aún en las otras sociedades). Se prefería el exilio, la tortura, la muerte, la amputación, la desposesión de propiedades o derechos, etc. La prisión adquiere relevancia en el seno de los movimientos ilustrados y filantrópicos que lo veían como una manera de reinserción social. Eran concepciones optimistas e ingenuas del ser humano que en poco tiempo mostraron su fracaso. Más que en otra cosa las prisiones se convierten¡ en fábricas de delincuentes. ¿ Porqué siguen existiendo si no cumplen la función por la que fueron establecidas ? Para Foucault hay una parte que es la pura inercia pero también pueden tener la función secreta de justificar la policía, de crear redes de colaboradores... En todo caso es, como casi todo lo que ocurre en las sociedad, más productos de las contingencias que de la necesidad. 
 Lo cierto es que la prisión se convierte en una sociedad paralela en la que una vez se entra se genera una dinámica repetitiva en la que los encarcelados van haciendo su propio mundo y cada vez les resulta más difícil volver a la sociedad externa. Es un mundo de una tensión extrema, de una violencia omnipresente, en la que se van estableciendo jerarquías y valores propio. William Dafoe lo pone de manifiesto de manera muy clara en dos ocasiones. En una dice que es el prestigio el que te mantiene frente a los otros. Es la lucha a muerte por el prestigio que tan bien nos explicaba Hegel en su "Fenomenología del espíritu". Y, por supuesto, en la frase final : "Más vale reinar en el infierno que servir en el cielo".
 También vale la pena identificar en la película los temas de la amistad viril, la paternidad simbólica y la redención. Se trata, en definitiva, de una película que merece verse.

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