sábado, 2 de febrero de 2019

EL HOMBRE ELEFANTE





Escrito por Luis Roca Jusmet

 En el 40 aniversario de su estreno, la película recibe una restauración en formato 4K. Vale la pena recordar esa extraordinaria película de uno de los grandes del cine contemporáneo, David Lynch.
 Se trata de la narración fílmica, en un lenguaje tan sobrio ( en un impecable blanco y negro)  como expresivo, de la dramática historia de Joseph Merrick.
La maestría fílmica de Lynch queda de manifiesto en esta película que le dio la fama, muy diferente a las otras, en las que marcaría un estilo muy propio. Lo cual no quiere decir que esta no sea una película personal, porque realmente lo es y en ella queda expresada la creatividad de Lynch, siempre tan singular. La interpretación de John Hurt, en una impresionante caracterización del papel protagonista, y de Anthony Hopkins, en el papel del doctor Trevers, son antológicas. 
 La película nos traslada a varias problemáticas interesantes. La primera es el tema de la dignidad humana y la humanidad. La dignidad humana como aquello que nos corresponde en la medida en que somos humanos y reconocidos como tales. No hay dignidad sin reconocimiento y la lucha de Joseph Merrick es la de encontrar este reconocimiento. Lo cual nos lleva al lenguaje simbólico como lo más propio del ser humano, y esto lo comprobamos en el momento en que Merrick empieza a hablar, que es cuando nos presenta su rostro más humano. Pero la humanidad es también esta capacidad de reconocer al otro en su humanidad. La monstruosidad es esta falta de humanidad y de dignidad. No la tiene Merrick realmente, sino los que los tratan como un monstruo. Ellos son realmente los monstruos, en el sentido moral de la palabra.
 La película nos hace reflexionar sobre el poco margen que tienen algunos para decidir sobre su vida. La vida dolorosa y terrible de Merrick es casi totalmente infeliz. Solo saborea la felicidad cuando está en el hospital, tratado con plena humanidad. Pero es cuando va al teatro y es reconocido por el público, por los artistas, por los que están en la cúspide social, cuando Merrick es plenamente feliz. Pero no solamente por el momento en que lo disfruta sino porque este momento de reconocimiento da sentido a toda su existencia. Y el suicidio del "hombre elefante", cuando decide irse a dormir sin protección parece significar no solo que él intuye su próxima muerte sino que quiere acabar en este momento de sentido, con un final que redime su vida. Impresionante film para una impresionante historia.